El estrés es uno de los riesgos psicosociales más importantes a los que deben hacer frente las compañías, hasta el punto de que seis de cada 10 trabajadores españoles sufre algún tipo de estrés en el trabajo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Ademas, el 20% de los empleados europeos afirma parecer el síndrome del “burn out” (trabajador quemado), según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo.
La gestión del estrés, lejos de ser un problema exclusivo del empleado, debería ser una de las principales preocupaciones de los departamentos de RRHH, ya que sus efectos negativos impactan directamente en la cuenta de resultados: mayor número de bajas por incapacidad temporal, menor productividad, mayor tasa de errores e ineficiencias debido a la presión, perjudicar el clima laboral… Por ello, aquí tenemos siete claves, elaboradas por IMF Business School.
1. Organización. Cuidar el orden en el lugar de trabajo permitirá al empleado finalizar a tiempo. Al planificar, será más fácil lidiar con una carga de trabajo considerable y cumplir con las fechas de entrega. Además, mantener ordenado el puesto de trabajo y los documentos ayuda a ganar tiempo. Aconseje en este sentido a sus empleados.
2. Lista de prioridades. Es algo que todos hemos escuchado hasta la saciedad, pero pocos lo llevan a cabo. Ordenar de forma clara las actividades pendientes dependiendo de su prioridad a corto, medio y largo plazo, sin incluir la fecha límite para evitar presiones favorece la disminución del estrés.
3. Capacidad para decir “no”. Comprometerse con aquello que somos conscientes de que no podremos cumplir aumenta la sensación de presión. A veces, sólo con decir “no” se acabarían muchas jornadas interminables que pueden acabar siendo fuente de bajas por estrés, depresión, irritabilidad… Conciencie a sus directivos y mandos intermedios y superiores de que un pico de presión es algo normal en cualquier organización, pero que si los picos son habituales y el nivel de presión es excesivo, esto puede acabar impactando negativamente tanto en el trabajo como en la propia organización.
4. Actualización. Otra de las causas del estrés laboral es la falta de conocimiento de las nuevas tecnologías y sus métodos. Mantenerse actualizado puede ayudar a ganar mucho tiempo a la hora de realizar una actividad que de otra forma llevaría mucho más esfuerzo.
5. Descansos entre horas. Estar ocho horas consecutivas sentado delante del ordenador disminuye la productividad. Aconseje a sus empleados desconectar al menos tres minutos cada dos horas para estirar las piernas e hidratarse un poco.
6. Dormir al menos ocho horas al día. Recomiende a sus empleados llevar hábitos de vida saludable, entre los que se encuentren descansar lo suficiente. Esto ayudará a recuperar y renovar la energía necesaria para enfrentarse a una nueva jornada, nuevos proyectos y retos.
7. Vacaciones. Para evitar el síndrome del “burn out” es fundamental que los empleados disfruten de periodos de descanso con desconexión absoluta del trabajo (es decir, olvidar el teléfono móvil o el e-mail corporativo). Hay países, como Francia, que han llegado a regular el derecho a desconectarse fuera del horario de trabajo, precisamente para paliar los estragos que causa el estrés a muchos trabajadores.
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